"¿De verdad es tan malo trabajar presencialmente? Una mirada sin filtros"

 



¿Trabajar de forma presencial es tan malo como dicen?

Actualmente nos intentan vender la idea de que trabajar de manera presencial es algo negativo, sobre todo si se compara con las comodidades de trabajar desde casa. En redes sociales abundan publicaciones enfocadas, especialmente, a madres que desean estar presentes en el crecimiento de sus hijos y buscan estabilidad familiar.

Sin embargo, este artículo no pretende cuestionar los beneficios del teletrabajo (que son muchos, y de hecho, me encantaría estar en esa posición). Tampoco es una crítica a quienes lo eligen. Al contrario, es una invitación a reflexionar y valorar la experiencia del trabajo presencial, que también ofrece muchas ventajas.

Tengo 37 años y, como muchos de mi generación, he vivido la experiencia de trabajar en entornos presenciales. De esos años he aprendido mucho, y aunque algunos hayan tenido malas experiencias que les llevaron a emprender o buscar independencia, otros, como yo, hemos sabido extraer aprendizajes valiosos. A continuación, compartiré esa visión.


Primero: definamos los conceptos

Trabajo presencial:
Es aquel en el que el trabajador debe acudir físicamente al lugar de trabajo (oficina, fábrica, tienda, etc.) para realizar sus funciones. Implica presencia regular, horarios definidos e interacción directa con compañeros, supervisores o clientes.

Trabajo virtual:
Se realiza desde cualquier lugar con conexión a internet, generalmente desde casa. Las tareas y la comunicación se gestionan mediante herramientas digitales (correo, videollamadas, plataformas de trabajo, etc.). Ofrece mayor flexibilidad, pero exige una buena organización y autodisciplina.

Ambos modelos tienen ventajas y desafíos. Hoy en día, muchos se combinan en formatos híbridos.


¿Por qué hablo de trabajo virtual y no solo de teletrabajo?

Uso el término "trabajo virtual" porque quiero abarcar todo el entorno digital, desde quienes trabajan en marketing digital hasta los que crean contenido como tiktokers. Todos, al final, ofrecen servicios a terceros.

Admiro profundamente a quienes logran vivir de ello, porque sé que requiere habilidades de venta, creatividad y constancia. Me gustaría aprender más al respecto. Sin embargo, tras observar durante años este fenómeno, he notado algo: muchas mujeres optan por trabajar desde casa pensando que así tendrán más tiempo para su familia, pero no siempre consideran que las tareas del hogar se suman a las responsabilidades laborales. Esto puede derivar en agotamiento físico y mental, una carga invisible que muchas asumen sin cuestionarlo.


¿El trabajo en casa es tan ideal como lo pintan?

Las redes sociales presentan el trabajo desde casa como una fórmula mágica para mejorar el estilo de vida, con lujos y libertad total. Pero este discurso muchas veces desvaloriza el trabajo presencial, el famoso "de 8 a 5", como si fuera cosa del pasado.

Después de la pandemia, muchas personas han preferido quedarse en casa, alegando que en sus empleos presenciales eran explotadas o poco valoradas. Y es cierto que no todos los entornos laborales son ideales. Pero quienes emprenden o son freelancers también hacen sacrificios enormes, con resultados que pueden verse a largo plazo, o no.

Entonces, cabe preguntarse:

¿Se sacrifica más trabajando desde casa que para una empresa presencial?


Revalorizando el trabajo presencial

Esta generación está obsesionada con lo digital, y muchos jóvenes no han experimentado lo que es trabajar presencialmente. Mi intención con este escrito es reivindicar esa modalidad, resaltar su valor y sugerir que todo joven debería vivir al menos una etapa laboral presencial para construir experiencia, disciplina y visión.

Mis reflexiones surgen de vivencias personales y de observar el entorno. Hoy, muchas empresas están volviendo al modelo híbrido, una señal clara de que la presencialidad sigue siendo necesaria y valiosa. Aunque trabajar desde casa parezca más cómodo, no siempre ofrece la riqueza de aprendizajes que brinda el trato directo, la rutina compartida y la interacción humana.


Mi experiencia en el trabajo presencial

He trabajado en distintos entornos, desde puestos administrativos hasta recursos humanos. Viví frustraciones, pero también gratificaciones. Nada se compara a ver cómo tu esfuerzo te hace avanzar y sentir que vas dejando una huella gracias a lo aprendido.

Quizás me digas:

“No es fácil levantarse temprano, esforzarse por una empresa que no es tuya y sentir que no te valoran”.

Y tienes razón. Pero cuando trabajas con dedicación y voluntad de aprender, el proceso se vuelve menos pesado. Ganas conocimiento, madurez profesional y una visión más clara del futuro.


¿Qué se aprende trabajando de forma presencial?

  • A dosificar el tiempo (si no das resultados, te vas; eso también enseña).

  • A socializar con todo tipo de personas, te caigan bien o mal.

  • A defender tus ideas y tu trabajo.

  • A trabajar en equipo: todo depende del resultado de los demás.

Además, hay profesiones donde el trabajo presencial no es opcional. Y es fundamental valorar y motivar a quienes están ahí, no solo por vocación, sino también por necesidad.


Profesiones que requieren presencia física (y que debemos valorar más)

🏥 Salud y servicios médicos
👨‍⚕️ Médicos, enfermeros, técnicos, personal de limpieza hospitalaria.

🏭 Manufactura e industria
👷‍♀️ Operarios, supervisores, técnicos, ingenieros de planta.

🛒 Comercio y atención al cliente
🛍️ Vendedores, cajeros, reponedores, encargados de almacén.

🧱 Construcción e infraestructura
🔧 Albañiles, electricistas, ingenieros civiles, técnicos de seguridad.

🚓 Seguridad y transporte
🚗 Policías, conductores, personal aeroportuario, vigilantes.

🍽️ Hostelería y restauración
👨‍🍳 Cocineros, camareros, recepcionistas, personal de eventos.

🎓 Educación (en ciertos niveles)
📚 Maestros, profesores técnicos, orientadores.


Historias reales que invitan a reflexionar

Quiero compartirte un ejemplo muy personal:

  • Tengo tres sobrinas. La mayor decidió no estudiar y quiere ser tiktoker. Se le ofreció un trabajo de medio tiempo, pero lo dejó porque se sentía agotada. Las redes se convirtieron en su único enfoque.

  • La segunda estudia y trabaja medio tiempo. Empezó como conserje y ahora está en atención al cliente. Se siente realizada y quiere tener su propio negocio algún día.

  • La más joven aún está decidiendo su camino.

¿Quién crees que tendrá una mejor visión y experiencia a largo plazo?


Consejos para triunfar en el trabajo presencial

  1. Conoce la empresa: investiga qué hace, qué ofrece y cómo puede ayudarte a futuro.

  2. Aprende a dejarte guiar: identifica quién quiere ayudarte sinceramente.

  3. Haz tus tareas sin perder de vista tus metas.

  4. Aprende un poco de todo: todo conocimiento suma.


Trabajar es un camino lleno de retos, pero también de oportunidades. Y valorar la experiencia presencial no es ir contra el avance, sino entender que la base sólida se construye con vivencias reales, trato humano y esfuerzo diario.

Gracias por leer hasta aquí. Te invito a reflexionar y compartir tu opinión.

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