PENSAMIENTO DEL FRASCO
Pensamiento del FRASCO
Todo comienza con un frasco que compraste en el supermercado. Llega el momento de usarlo, intentas abrirlo, pero está súper apretado. Lo intentas una y otra vez, pero no lo logras. Entonces decides pedir ayuda a otra persona. Esa segunda persona también lo intenta sin éxito y recurre a una tercera. Finalmente, esa tercera persona logra abrirlo.
Surgen tres preguntas:
- ¿De quién es el logro de abrir el frasco?
- ¿Quién hizo el mayor esfuerzo?
- ¿En qué proceso de nuestras vidas encaja esta situación?
Reflexión
El ejemplo del frasco nos invita a reflexionar sobre la importancia del esfuerzo colectivo y la colaboración en nuestras vidas. Aunque la tercera persona fue quien abrió el frasco, su éxito no hubiera sido posible sin los intentos previos que aflojaron la tapa. Esto nos enseña que, en muchos casos, el logro no pertenece solo a quien da el último paso, sino a todos los que contribuyeron al proceso.
En la vida, nos enfrentamos a desafíos que a menudo parecen imposibles de superar. A veces, necesitamos pedir ayuda y aceptar que no siempre podemos hacerlo todo por nuestra cuenta. Esto no significa que hayamos fallado; al contrario, demuestra humildad y confianza en los demás.
La pregunta "¿Quién hizo el mayor esfuerzo?" nos recuerda que no siempre se ve ni se reconoce el trabajo previo que facilita el éxito final. Esta metáfora también puede aplicarse a proyectos, relaciones o metas personales: cada paso, por pequeño que parezca, cuenta y contribuye al resultado.
Finalmente, este proceso refleja cómo las experiencias compartidas y la perseverancia construyen nuestros logros colectivos, recordándonos la importancia de valorar tanto el camino como las personas que nos acompañan en él.
¿Y TU CUENTAS VECES HAS SIDO PRIMERA, SEGUNDA O LA TERCERA EN ALGUN PROCESO?

Comentarios
Publicar un comentario