“No todo merece una opinión: la sabiduría del silencio”

 

La responsabilidad de opinar: cuando el silencio también es sabiduría

En ocasiones, caminamos por la vida tratando de “envenenar” a otros con los malos momentos que hemos pasado, sin pensar en cuánto pueden influir nuestras palabras en quien nos escucha.

Con el tiempo, he comprendido que es más fácil opinar que medir las consecuencias de lo que decimos. Hoy en día, muchas personas son muy “ligeras de lengua”, pero al mismo tiempo, muy sensibles de sentimientos.

Me explico: muchos están dispuestos a herir con una opinión desatinada y fuera de lugar, escudándose en que son “directos” o que “no andan con rodeos”. Sin embargo, cuando les toca escuchar una verdad sobre sí mismos, se ofenden y sienten que el otro ha sido injusto con sus palabras.


🎭 Cuando la opinión hiere más de lo que ayuda

Esto no tiene que ver solo con la inteligencia emocional. Incluso quienes la desarrollan pueden sentirse heridos; la diferencia es que logran desechar lo negativo y rescatar lo constructivo.

Aun así, en el momento duele.
Y cuando esas palabras se dirigen a alguien con poca inteligencia emocional, pueden provocar un verdadero caos: inseguridades, baja autoestima o el simple miedo de volver a abrirse ante quien “opina por costumbre”.

Con los años, aprendemos a reconocer y evitar a esas personas que opinan sin filtro. Aunque sus palabras partan de una buena intención, a veces molestan más de lo que ayudan, por lo que es mejor reservar la pregunta: ¿qué opinas?


💬 No toda opinión es positiva

No todas las respuestas son agradables ni oportunas. A veces, una opinión se siente pesada, aunque con el tiempo descubramos que, en realidad, fue un buen consejo disfrazado de incomodidad.

Por eso, debemos aprender a distinguir cuándo una opinión viene con buena intención y cuándo solo busca dañar o imponer una visión.
Es cierto que tenemos la libertad de aceptar o rechazar una opinión, pero si viene de alguien cercano, su peso emocional es mucho mayor que si la escuchamos de un desconocido.

“¿Por qué crees que tu opinión es necesaria si no te la han pedido?”


🧩 Opinar, sugerir o aconsejar: tres cosas distintas

  1. Opinar es expresar una idea o juicio personal sobre algo o alguien. No necesariamente afirma un hecho; comparte una percepción.

  2. Sugerir es proponer una idea o acción sin imponerla. Es una forma amable de invitar a la reflexión.

  3. Aconsejar es orientar a alguien para ayudarle a tomar una mejor decisión.

Aunque estos conceptos se parezcan, no significan lo mismo. Uno es más sutil que el otro, y por eso es importante saber cuándo corresponde opinar, sugerir o aconsejar.


🪞 La prudencia también comunica

Las opiniones, idealmente, deben pedirse, no ofrecerse sin solicitud. Cuando se dan sin que nadie las pida, pueden sonar como juicios o intromisiones. En cambio, cuando se piden, demuestran interés y respeto por la perspectiva del otro.

Las sugerencias funcionan mejor cuando son pedidas. De lo contrario, pueden ser contraproducentes o invalidar la autonomía de la otra persona. A veces, lo más valioso no es hablar, sino escuchar y validar las emociones del otro.

Los consejos, por su parte, pueden pedirse o darse, pero es más prudente esperar a que te los soliciten, salvo en casos urgentes. Un consejo no pedido puede anular o hacer sentir incapaz a quien lo recibe.


🕊️ Aprender a callar también es sabio

Las opiniones deberían dosificarse y evaluarse antes de hablar. Antes de emitir una, pregúntate:

  • ¿Aporta algo positivo?

  • ¿Podría limitar o herir al otro?

Y si la respuesta es incierta, está bien decir:

“Mejor no opino.”
“En otra ocasión te aporto.”
“Hoy prefiero escuchar.”

Estas frases no deben verse como evasivas, sino como muestras de madurez emocional. Indican que reconoces tus límites y que eliges la empatía por encima del impulso de opinar en todo.

A veces, el silencio también construye. A veces basta con decir:

“Lo estás haciendo bien.”


👭 Un ejemplo claro

Rosa y María son dos amigas que suelen reunirse una vez al mes para charlar. Rosa está pasando por un mal momento en su trabajo y decide contárselo a María, pero modifica algunos detalles para evitar críticas duras.

María, al escuchar una versión incompleta, concluye que todos en la empresa son injustos y le aconseja renunciar.
Tiempo después, María recibe una oferta de trabajo en esa misma empresa, pero duda en aceptarla por la imagen negativa que su amiga le transmitió en aquel momento de frustración.

Dos escenarios posibles:

  1. Si María no fuera tan dura con sus opiniones, Rosa se habría sentido libre de contarle la verdad.

  2. Aunque Rosa fuera sincera, si María siguiera siendo muy crítica, el efecto sería el mismo: malestar y desconfianza.

Una opinión mal expresada puede afectar no solo al presente, sino también al futuro de quienes la escuchan.


🌿 Conclusión: el valor de hablar con propósito

A veces, creemos que opinar es sinónimo de ayudar, pero no siempre es así.
Antes de hablar, piensa si tus palabras aportan o destruyen.
Y si sientes la necesidad de desahogarte, hazlo con quien pueda escuchar sin juzgar: un profesional o alguien con verdadera empatía.

Hablar con un especialista te permitirá liberar lo que sientes y recibir herramientas sanas para enfrentar tus pensamientos.

“No todo lo que se piensa debe decirse, ni todo lo que se dice debe hacerse público.”

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